Ingredientes (para 15 unidades):
- 275 g harina de trigo
- Un pizco de sal
- 50 g azúcar
- 7 g levadura en polvo
- 50 ml aceite de girasol
- 1 huevo
- 1 naranja
Elaboración:
- Rallar la piel de la naranja previamente lavada sobre el azúcar y frotar para soltar todos los aceites esenciales del cítrico.
- Añadir el huevo y batir con varillas hasta que esté espumoso y el azúcar se haya disuelto. No es necesario blanquear.
- Incorporar el zumo de naranja y el aceite de girasol y mezclar de nuevo.
- En un bol aparte mezclar la sal, la levadura y la harina de trigo previamente tamizada.
- Agregar los ingredientes sólidos a cucharadas sobre la mezcla anterior y batir con gancho o a mano (dejar las varillas).
- Se ha de obtener una masa blanda pero nada pegajosa, por lo que se puede añadir más o menos harina en función de la cantidad de zumo que tenga la naranja.
- Sacar la masa del bol y trabajar ligeramente a mano hasta conseguir una masa lisa, homogénea y que no se pegue a las manos.
- Meter en un bol, tapar y dejar reposar 30 minutos a temperatura ambiente.
- Cortar porciones del tamaño deseado (por ejemplo 30g) bolear y abrir un agujero en el centro con los dedos untados en aceite.
- El agujero central debe ser grande porque se cierra bastante durante la fritura.
- Poner abundante aceite de girasol (se puede sustituir por aceite de oliva) en un cazo o sartén al fuego y esperar a que la temperatura del aceite sea la correcta.
- Freír las rosquillas por tandas y retirar cuando estén doradas por ambos lados.
- Colocar sobre papel absorbente para retirar el exceso de grasa.
- Rebozar en azúcar o azúcar y canela aún en caliente. Dejar enfriar y degustar ¡sin moderación!.
* Cuidado al rallar la naranja: no utilizar la parte blanca porque amarga.
* La cantidad de zumo de la naranja puede variar la cantidad de harina que admitirá la masa.
* El aceite debe estar lo suficientemente caliente para que las rosquillas se frían poco a poco y que no queden grasientas ni quemadas por fuera.