• 250 g. de ricotta
• 130 g. de harina de repostería
• 35 g. de harina todo uso para las manos
• 60 g. de azúcar
• 1 huevo
• Ralladura de 1 limón
• 6 g. de polvo de hornear
• Azúcar Glas
• Aceite para freír

Elaboración

• Para empezar en un bol pon el queso ricotta, el azúcar, el huevo y la ralladura de un limón (una vez lavado y secado muy bien). Mezcla con una espátula hasta que queden todos los ingredientes integrados.
• A continuación tamiza la harina y el polvo de hornear.
• Añádelos a la masa y mezcla con el resto de ingredientes, con movimientos envolventes, hasta que todos los ingredientes queden bien mezclados y sin grumos.
• Coge porciones de la masa, yo las he pesado para que sean todas iguales y he formado bolas de 40 gramos, pero puedes hacerlas más pequeñas y que sean de un solo bocado. Para formar las bolitas ponte harina en las manos, de esta manera no se quedará la masa pegada en tu mano.
• A continuación pon a calentar aceite de freír, pero a fuego no demasiado fuerte (aproximadamente 170ºC). Si lo pones muy fuerte, se dorará enseguida por fuera y se quedarán cruda la masa por dentro.
• Prepara un plato con papel de cocina y una vez que estén fritas, ponlas sobre el papel para que absorba el exceso de aceite.
• En otro plato hondo pon el azúcar glas y reboza cada bolita en él, hasta que queden bien rebozadas. Si no tienes azúcar glas puedes hacerlo con azúcar blanco normal.